jueves, 30 de octubre de 2014

Poesia, Eufrasio Higueras Pareja

Es la Virgen del Rosario,
Patrona de nuestro pueblo,
La que hace latir incesante
Nuestro corazón en el pecho.

Sabemos que fue la madre
Del divino redentor,
Por eso los villariegos
¡Le tienen tanto fervor!

En estos días solemnes,
El pueblo salta de gozo
Para celebrar su fiesta,
De este día tan hermoso.

Nuestro alcalde generoso,
Colabora con anhelo
Y desea de corazón
Que lo pase bien... su pueblo.

Al contemplar las gracias
De nuestras juventudes selectas
Tras ellos, se nos va el alma
¡Sin que podamos contenerla!

Los mayores, también sienten
Una gran felicidad (inmensa)
Y le dan gracias a Dios
Por vivir... en esta tierra.

Brisa limpia, agua fresca,
Mayores y juventud honrados,
En esta tierra, Destacan.

Por eso con gozo escribo,
Estos sencillos versos,
Para que sepáis que os deseo
A todos felicidad y ¡dinero a porrillo!

Yo creo que está muy claro
Lo que pretendo explicar,
¡Deseo a todos mis paisanos
Salud, dinero y paz!

Sólo tú sabes porque lo elegiste, Maria Dolores Calvo García

En el cielo hoy están de fiesta por que llega un nuevo angelito. Arrancado de los brazos de sus padres apenas con dos añitos. Esos padres destrozados no entienden na.
Solo saben que a su hijo, no le verán más. Dios ya que te lo has llevado, sin preguntarles na. Échale una mano desde arriba, deben seguir adelante por el bien de su otra hija, que no entiende por que su hermano la dejó solita. Los Villares están tristes, por donde quiera que vayas, todos se preguntan por que tuvo que pasar, hoy todos los villariegos nos unimos al dolor de estos padres que sin esperarlo la vida les cambió. Hoy dieciséis de Abril a Javi decimos adiós, sabemos que tu nos ves desde ese balcón, eres un privilegiado pues Dios a ti te eligió, guía a tus padres y hermanita a seguir a delante y aceptar con resignación la pena tan grande que tu marcha les causó.

¿Quién te niega pueblo mío?, Araque

Pueblo de Los Villares, años cincuenta
Cinco mil habitantes y pico, según se cuenta.
Calles empedrada, estrechas y empinadas,
Calles a media luz, y alguna, oscura, oscura,
Donde las parejas se besan cuando mengua la luna.
Y ha dicho el cura, que eso es pecado,
Y ha dicho el cura, que hay que ponerle luz a la calle oscura.
Vestidas de negro, van las abuelas,

Paseando eternos lutos, que alargan penas,
Jóvenes viudas, se hacen abuelas,
Portando lutos como condenas.
Aquí se vive o malvive, de la tierra y el ganado,

Intentando mejorar; este pueblo trabajador se hizo artesano.
Cogió la imagen del burro
Y convertida en borriquito, la imagen de aquel borrico,
A muchos dio de comer, a al más tuno lo hizo rico.

Robándole a la noche, se alargaba el día,
Para darle salud a su economía,
Las sombras de antaño, van cogiendo brillo y otro color,
Producto del trabajo y el sudor.

Con los brazos abiertos,
Este pueblo acoge al forastero, como a uno más
Sin preguntarle de donde viene, ni adonde va.

Y crece y crece, y en su crecer,
Desaparecen las huertas, que un día a tantos dieron de comer.
Las Azuelas, la Huerta Grande, el Cerro el Pino, Los Cotos, La Huerta San Juan De
Dios,
Y amenazadas de muerte, La Priscalea, El Plantío y La Vega Dios,
Y allí bajo la higuera,
Sonde se escuchaban conversaciones amenas,
Hoy se ven calles y casa nuevas,
Se acabaron las huertas, ya no hay conflictos entre regantes
Que pena que sigamos siendo cinco mil habitantes.

¿Quién te niega pueblo mío?, pueblo de serranía,
¿Quién te disfruta y te goza? Y no siente como suya esta tierra mía.

Pueblo de Los Villares, con cinco mil habitantes y pico,
Tu cada día eres más grande, y te hacen más chico.