martes, 25 de noviembre de 2014

Cómo se vivía en lasFiestas del Rosario, Elvira Parra

Allá por los años 1.970 ,yo les voy a redactar las queridas fiestas patronales de mi pueblo que el día del Rosario le venimos a llamar. Ya por el mes de septiembre empezábamos a preparar encalando las casas pues el día del Rosario de camino venía ya. Igual que se acicalaban las casas, todos queríamos algo lucir y estrenar. Como yo, nacida y criada en Los Villares, hoy recuerdo con alegría los cuatro comercios de ropa que había, sus escaparates de las telas más bonitas se adornaban.

Mi amiga me decía: Hay una tela en lo de Amalia que es una maravilla. Yo le contestaba:¡ Anda que en lo de Pepe “Colorina” han puesto unos estampados que parecen que los han dibujado!. Mi prima me decía: Me he comprado una tela de Dolores con un color verde agua que es de piqué y ya verás que vestido me voy a hacer. Mi madre me decía: ¡ Qué cortes de tela tan preciosas han traído Romero! y yo le contestaba que en lo de “Agripina” había visto una que me gustaba. Eran nuestros preparativos y los hacíamos con tal ilusión que nos molaba un mogollón. Entre las telas que más nos gustaba, el ir a la modista a probarte el vestido, que en la primera prueba ya te veías luciéndolo y lo precioso que te quedaba. El mes se pasaba y llegaba Octubre, las fiestas ya llegaban,el ferial era en el centro del pueblo. La calle Arroyo se llenaba de casetas del turrón, de dos tómbolas, de pinchos y perritos calientes. Había también bares, yo guardo un gran recuerdo del bar conocido como “La Cooperativa”, era un salón muy grande dónde mucha gente allí iba.

También estaba el bar de Pedro Carlos que un salón hermoso tenía. En la calle Huerto de la Virgen se ponían las atracciones de feria denominadas aquí "caballicos". Este año había venido una nueva que era el carrusel, ¡Qué ilusión y qué gozada cuando nos subíamos en él! Entre el sube y baja, los barcos, los caballicos y el carrusel, además en la calle Arroyo, por debajo de la farmacia, los coches locos pusieron también, aquello era para nosotros una auténtica diversión.

Luego teníamos los bailes que se venían a realizar. Estaba el baile de la plaza que lo organizaba el Ayuntamiento donde casi toda la juventud íbamos allí a bailar, pues una caseta de feria muy bonita y adornada se venía a realizar. Más había una sociedad de Casino que en el salón el Molino hacían otra caseta con grandes bailes, unas buenas orquestas. Iban los asociados e hijos de socios y un buen baile y fiesta se amenizaba en la caseta llamada del "Casino".

Pues también estaba una caseta, que hacía un particular, que era el “Moyno” y lo hacía donde la papelería de Regina ahora está. Unas orquestas muy buenas que traían con un gran patio que había y muy adornado, con sus luces de colores lo ponían.

No quiero dejar de mencionar los merengues y “patas de cabra” que nos íbamos a tomar a la casa de Teresa, mujer de Pedro Díaz, que hacía unos dulces que no hay otros igual, también los puestos de camarones y quisquillas que comprábamos un cartucho para desgustar. En la fuente se ponía un hombre, con una especie de ruleta donde mucha gente le daba a girar para que un premio le viniera a tocar.

Se hacían muchas rifas y había un puesto de muñecas que se trataba de que adivinara donde se escondía una ratita y si lo adivinabas, la muñeca te llevabas.

Y no puedo olvidar del fotógrafo que se ponía con su muñeca y caballito para hacer el recuerdo del día del Rosario para toda la vida. No puedo dejar de mencionar los dos cines que había pues muy buenas películas para esos días nos traían en la calle Zurradero, el cine Rialto allí existía y en la calle que ahora es Los Pozos, que el acceso era por la calle Francisco Bonilla, un gran cine ahí había, cine de arriba se le decía.

Se venían a celebrar unas carreras de cintas a bicicleta que a todos nos venían a gustar. El día de la víspera, allá por aquellos años, las primeras carrozas se venían a realizar, pues el primer día llegaban con la diana floreada y la procesión de nuestra patrona y querida Virgen del Rosario, que todos con nuestros mejores trajes y vestidos íbamos a recibir y verla salir por la puerta de la iglesia y después nos íbamos a divertir.

De esta manera las vivía por esos años esta villariega.

!Viva las fiestas de nuestra patrona la Virgen del Rosario!

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