jueves, 9 de abril de 2015

La codorniz y el canario, Antonio Mena Campos.

Érase una codorniz
En una jaula metida
Que solo un canario verde
Tenía por compañía.


Entrando el mes de noviembre
Que el frío infernal comenzaba
Los dos solían calentarse
Con un rayito de sol
Que entraba por la ventana.
Cuando el astro rey se iba
A la hora del ocaso
Con cariño fraternal
La codorniz bajo sus alas
Daba calor al canario.


Compartían comida y agua
En una armonía sin par
Y jamás la codorniz
Abusó de su tamaño
A la hora del yantar.
En horas centrales del día
Con temperatura buena
Agradecido el pajarillo
Con su trinar daba las gracias
A tan humana compañera.


¿Cuándo llegará el día
En que los seres “racionales”
Copiando de estos ejemplos
Convivan con sus semejantes?
Sin usar la prepotencia,
El egoísmo y la falacia
Dando amor puro y sincero
Sin a cambio pedir nada.


Don José amasa fortuna
Cómodo y bien nutrido
Pepe a finales de mes
Llegará con lo justito.
El primero tendrá coche
Para ir a la oficina
Disfrutando de un buen piso
Y de chalet con piscina.
El segundo en un mal piso
O en casita en mal estado
Sin aseo ni agua caliente

Y goteras en el tejado
Y a todos sitios irá
En el coche de san Fernando.


Uno tendrá vacaciones
En la sierra o en el mar
El otro “pa” sobrevivir
No dejará de trabajar
De sol a sol cada día
Por un mísero jornal.


¡Hay que ver cuanta injusticia
Y reparto sin igual!
La riqueza generada
A los listos va a parar
A los otros la migajas
Que de sus mesas caerán.
¡A esto los gobernantes
Suelen llamarle igualdad!


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