Entre Martos y La Fuensanta,
Valdepeñas y Jaén,
Hay un valle de olivares,
Parecido al mismo Edén.
Si asomas por Jabalcuz,
Las cimbras o la pandera,
Nunca habrán visto tus ojos
Del creador tanta belleza,
Si sales del seminario
Y tomas la comarcal
Estará en el buen camino
Para Alcalá La Real.
Cruzará por Jabalcuz
Coronará el Portichuelo,
Y asomando al “Cabraigo”
Ya estará viendo mi pueblo.
Lo circundan dos riachuelos,
Que son; río-Eliche y río-Frío.
Y al respaldo el cerrajón,
Cual centinela constante
Altanero y señorío.
Aquí usted, podrá encontrar
La gracia y la simpatía
De la gente más cabal
De toda mi Andalucía.
Son labriegos y artesanos
De manos encallecidas
Trabajan sin descanso,
Para ganarse la vida.
Es la mujer villariega,
Excelente ama de casa,
Y a bonita y bien formá,
Así como hacer canastos
A esto nadie la gana.
Al llegar el mes de octubre,
Se paraliza el trabajo
Para celebrar las fiestas
De la Virgen del Rosario.
Son del cinco al nueve del mes,
Cinco días interminables,
De cucañas y otros juegos,
Y en las noches grandes bailes.
Villariegos emigrantes
Corren todos para acá,
Que en estos días de fiesta,
Nos vamos a emborrachar.
Y si no puedes venir
Por estar muy ocupado,
No te apenes compañero
Ya lo aremos otro año.
A todos los forasteros,
Que nos quieran visitar,
Con el corazón abierto,
El pueblo los recibirá.
Pues aquí encontrareis
Buenos bares y tabernas,
Y a un pueblo que se divierte,
Después de estar todo el año,
Hasta el coco de hacer cestas.
Y habrá que pasarlo bien,
Y vivirlo fuertemente,
Ya que al pasar, volvemos
A la rutina de siempre,
Rogaremos a la virgen
No se acabe la bareta,
Y si aquí no hay, que la traigan
De la provincia de Cuenca.
Y también le pedimos
Que no pare el extranjero,
De entrar “perras” y sacar cestos
Por lo alto el Portichuelo.
Estos poemas paisanos
Los dedica, con deseo
De que os lo paséis muy bien
Vuestro humilde basurero.
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