El sol con todo su rango
De ser rey del universo,
Se ha enamorado de un puntito
Muy pequeño, muy pequeño.
Nada más que despertar
Ya se asoma al “contadero”
Para bañar de luz
A su novia, que es mi pueblo.
Mi pueblo que es Los Villares
Que en Octubre se engalana,
Para celebrar las fiestas
A su virgen soberana.
Virgencita del Rosario
De sus siervos no te olvidas,
Regando nuestros olivos
Y conservando las mimbres.
Que la cava y las ariegas
Y todos los demás trabajos,
Con el sudor de la frente
Lo haremos con nuestros brazos.
Que la gente de tu pueblo,
En su quehacer no se arreda,
Trabajan de sol a sol
Y la noche tan contenta.
Pueblo que vive el presente,
Y que piensa en el futuro
Recordando su pasado,
Tiene un porvenir seguro.
Con los árboles del alba
Aquí todos se levantan
Comienza el ajetreo
De la faena diaria.
El tractor que ronca fuerte
Y ese Land-Rover que avanza,
La yunta de bravas mulas
En busca de besana.
Hombres fuertes los manejan,
Todos camino del campo,
Y hasta la puesta del sol,
Casi no tendrán descanso.
Sólo al llegar mediodía,
Un alto para la merienda
Ya que para eso llevan
La talega bien repleta.
Con el ocaso del día,
De nuevo la vuelta al hogar,
Y después de un rato de ocio
A cenar y a descansar.
La gente joven de aquí,
También tiene su trabajo,
Laboran de sol a sol
La bareta y el esparto.
Ejercen la artesanía,
Hacen canastos y espuertas,
Y a la noche tan contentos,
Se han ganado unas pesetas.
Artesanos y labriegos
Cuando el seis de octubre llega
Abandona las labores
Y con sus mejores galas
Se preparan para la fiesta.
Fiesta que nuestros ediles
Saben montar con esmero
Para que todos olviden
El currar de un año entero.
Hasta caer agotados
Y quedarse sin un duro,
Aquí todos se divierten
Y sólo por unos días
Nadie piensa en el futuro.
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