Con orgullo yo vivía,
Pues con dos hermanos contaba,
Pero sola me sentía, pues yo quería una hermana.
A mi madre con tesón yo le suplicaba,
Pues aunque fuera del cielo, me trajera una hermana.
Una mañana de febrero con el frío de la escarcha,
Llegó lo más querido, llegó mi dulce hermana,
El refugio de mis penas, mi alegría y mis lágrimas.
¡oh! Hermana querida, cómo llenas mi alma,
Con lo que yo te pedía, con lo que te deseaba.
Mi alegría fue completa cuando yo te vi la cara.
¡OH! Hermana querida, ¡OH! Hermana del alma.
El refugio de mis penas, mis alegrías y mis lágrimas.
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