Al pueblo de Los Villares
Yo quiero felicitar
Por la suerte que tiene
Por lo que voy a contar.
Se trata de una mujer
De vida recatada
Que por gracia de la virgen
Hoy se encuentra iluminada.
De nombre se llama Flora
Y vio la virgen en su casa,
Hace fecha de unos años,
Que la virgen le indicaba.
Hija mía, ve a la cueva,
Aquella de la montaña
Que llaman del contadero
Porque contaban las cabras.
Allí a su pie, hay una fuente
Yo bendeciré sus aguas,
Y aquel que con fe las use
Serán sus penas curadas.
Y allá sube la vidente
Como la virgen le manda
Sube rezando el rosario
Y la gente le acompaña.
Los pájaros con sus trinos
También cantan su alabanza
Subid, parece que dicen,
Que la madre nos aguarda.
Para echar su bendición
A todas las almas blancas
Y a todo corazón puro
Y a toda mente sensata.
Que no miente ni culmina
Ni echa por tierra la fama
Que solo derramar amor
Para el hermano o hermana.
Siguen subiendo la cuesta
Y van pasando estaciones
¡adiós! Dicen las retamas,
¡adiós! Dicen los ramones.
Pedid bienes a la virgen
Que sean como bellas flores
Que adornen el pedestal
De nuestra reina de amores.
Pedir por la paz del mundo
Y por una educación
Que nos permita vivir
Con esperanza y amor.
Cada uno sirva a Dios
Con aquel don recibido
Y no quiera destacar
Por encima del vecino.
Pues vienen las zancadillas
Y se hace la mente mala
Toda parte negativa
Así es acentuada.
Todos en competición
Salimos a la batalla
De derrotar al vecino
Y llenar más nuestra arca.
Pero este es tiempo de hacer
Lo que la virgen nos manda
Compartamos como hermanos
Y haced el bien a mansalva
Pues es por este camino
Si es que este mundo se salva.
Siguen subiendo la cuesta
Ya van, por las revoltillas,
¡Adiós! Dicen los zarzales
¡Adiós! Las majoletillas,
Que valláis con mucha fe
Dicen las zarzaparrillas.
Porque es la reina del mundo
Porque es la madre bendita,
Es la virgen de la cueva
La que os llama a su cita
Porque hoy es 9 de mes
Como le dijo a Florita
Siguen rezando el rosario,
Siguen subiendo la cuesta
Unos con su enfermedad
El otro con las muletas.
Le van pidiendo un milagro,
A la virgen de la cueva.
Lo saben los tomillos
Y lo saben las higueras
Aquellas que viven cerca
Donde se encentra la cueva.
La virgen lo puede todo
Pero hemos de pensar
Porque los males del mundo
Tenemos que cosechar.
Pues todos hemos sembrado
Un poco con nuestra mano
Ésta es la ley divina
Para todos los humanos.
Pero qué ligeros van
Quién son aquellos enfermos
Que con esa cara alegre
Suben por el contaero.
De donde sacan las fuerzas
Se es que no puede creerlo
La virgen les da la mano
Así puedo comprenderlo.
Esperan llegar al agua
Tocar con ella su mal
Y la gracia de la virgen
Seguro, los salvará.
Han ascendido la cuesta
Ya el camino va entre llano
Y la vidente y compañía
Siguen rezando el rosario.
Cerca de fuente “acachá”
Por ahora van rezando
Una fuente que se encuentra
Por debajo de un peñasco.
Que cerca se ve la cueva
Ya nos vamos acercando
Y la virgen nos espera
Con su sonrisa y su manto.
Con el olor de romeros
Y la flor del matagallo
Y hasta algún lirio vendito
Que el camino está adornando.
Toda la naturaleza
En esplendor aclamado
Cantan vivas a la virgen
Cuando se acabe el rosario.
¡Vivan! Gritan las grajuelas
Cuando echamos nuestros pasos
Por encima del peñón
Que llamamos colorado.
Ya estamos viendo la fuente
Y aquel peñón del milagro
Un poquito más allá
A 30 metros escasos.
Donde aparece la virgen
Con su sonrisa y su manto
Y allí llega la vidente
Ya se termina el rosario
Y comienzan con las vivas
Y también e entonan cantos
Y de pronto la vidente
Se repliega en su regazo.
Pues la virgen de la cueva
Ya se está manifestando
Con su bella majestad
Y su dulzura de encanto.
Y se va acercando a la piedra
A la virgen está escuchando
Que le da buenos consejos
De tratarnos como hermanos
Con una dulce sonrisa
Y un candor inesperado,
Ha echado su bendición
Con sus santísimas manos.
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