viernes, 10 de abril de 2015

El único recuerdo, Mari Carmen Torres Fernández.

La única luz que iluminaba su rostro era
la del reflejo de la luna llena
En el cielo brillaba,
Como si del único astro se tratara.
Sus grandes ojos,
Expresaban el dolor que ella sentía.

Por un momento
Toda su vida se paseó por su mente,
Sus ojos se humedecieron
Y  una fría lágrima
Recorrió su mejilla sonrosada.

A su alrededor,
Sentimientos negativos de muerte,
Tristeza y miedo
Invadían aquel pequeño espacio
En el que se encontraba.

No necesitaba más
Que el consuelo de los suyos
Para apagar aquella tristeza
Que le impedía sonreír.

Allí estaba ella sola,
En medio de un mar en calma
Y donde el único ruido
Que irrumpía en sus oídos,
Era el suave movimiento
De las olas que, lentamente,
Bailaban a su alrededor.

Se dirigía a otro lugar,
A otro país,
Atrás quedaban los suyos,
Su vida, su felicidad…

Llegar al final de ese camino
Era su única meta.
Todo iba a cambiar…

Ser ilegal no sería tarea fácil,
Pero ella, fuerte como nadie,
Se arriesgaría.

No necesitaba
Más que un pequeño sentimiento para animar su alma.
Solo así podría vivir,

Solo podría así seguir adelante
Y ser feliz solo así.

Primer premio de poesía de Badalona, 19-diciembre-2001




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