En la provincia de Jaén
hay un lugar tan escondido
que en el Parlamento Andaluz
tiene echado en el olvido.
Sólo dos leguas separan
a éste de la capital
y habrá que cambiar los coches
por burros para viajar.
Pueblo noble, limpio y sano
cuánta paciencia demuestra
cuando a Jaén han de ir
usando la carretera.
Las manos que de la azada
tienen cubierta de callos
mantienen firme y serena
el volante entre las manos.
Con un pequeño desliz
la torta padre se dieran
por la cantidad de baches
que nadie contar pudiera.
Paisanos y visitantes
tener mucho temple y valor
no corráis, ir despacio
os lo pido por favor.
Pues ya llegará el día
que en un despacho en Sevilla
aunque sea en el dos mil cien
se sepa este problemilla.
Pero algo sobre los hombres
guarda vidas de milagro
en la que todos confía
(nuestra Virgen del Rosario).
Virgencita madre mía
ruega por todo viajero
que tenga que ir a Jaén
desde este bendito pueblo.
Pues todos en estas fiestas
en solemne procesión
rezaremos el Rosario
con entrega y devoción.
Tú sabes cuánto te amamos
los habitantes de aquí,
ya que eres luz y esperanza
y el motivo de vivir.
Escalón de oro y plata
para la gloria alcanzar y
acompañar a tu hijo
por toda la eternidad.
Labradores y artesanos
sé que la Corporación
preparó para estos días
de lo bueno lo mejor.
Como final un consejo,
beber, bailar y cantar
y aunque sea tan sólo tres días
la carretera olvidar.
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