Una noche de mayo,
soñaba soñaba,
que a la Virgen del Rosario, su fiesta le celebraban.
Y en este poema le cuento yo,
este sueño bonito que tuve yo.
Sigo pensando en ti
Soñaba que era el 7 de octubre
y en procesión te sacaban.
De prisa yo me vestía,
corriendo yo me arreglaba.
ligera por la calle,
a la plaza llegaba.
Reinaba un gran silencio
entre el público y la banda,
entre los escopeteros
con las escopetas cargadas.
La música rompe silencio,
las campanas a vuelo se lanzan
y los escopeteros su escopetas descargan.
Al salir nuestra patrona adornada de claveles,
con su dulce mirada
y su pecho lleno de amores.
Lloran los corazones,
nuestras manos hacen palmas
contemplando a nuestra virgen,
reina y madre soberana.
Y esta tanta la devoción
que a hombros de los cofrades,
ofreciéndote honores
te pasean por Los Villares.
Siempre serás la más hermosa
Entre las rosas de los rosales.
Tus manos llevan sortijas,
tus brazos a Jesús nuestro bien
que solita lo tuviste,
en el portal de Belén.
Con frío y sin candela desde el cielo
te iluminaban luna,
luceros y estrellas
desde el cielo te alumbraban.
Yo caminaba a tu lado
para ir en tu compaña,
contemplando a Jesús
que en tu regazo llevabas.
De pronto me doy cuenta
que iba medio descalza, en
zapatillas de chancleta
no tuve tiempo de nada.
Desperté hallándome en la cama
temblaba de emoción,
en mi pensamiento estabas.
Sigo pensando en ti
y seguía acostada,
que pena que desperté
cuando a tu lado caminaba.
Divina paloma blanca
que vuelas del universo,
danos la rosa de la esperanza
que el rosal quedó en el cielo.
Sagrada Madre de Dios
perdona a la humanidad,
que es mucho lo que te debemos
y no te rezamos ná.
Y una oración cada día
se te puede regalar,
que no cuesta dinero
ni trabajo de andar.
Tengamos fe en nuestra patrona
que dulce madre llena de cariño nos
protegerá,
pues somos espigas de grano esturreado
y para juntamos siempre a nuestro lado
volará.
Virgen mía ampara a nuestro pueblo,
que ha dejado de progresar,
la juventud no tiene trabajo
y nuestro pueblo muy mal va.
Con devoción yo te contemplaba,
cuando por la calle te paseaban.
Mu ‘eres de gitana, niños y mayores
todos van detrás de ti,
brindándote honores
acompañándote hasta el
Aquí termina este ensueño
que no debí despertar,
este sueño bonito
que no se me hizo realidad. y
Y ahora siento pena Virgen mía
miedo de soñar,
y un sentimiento profundo
de que vaya a despertar.
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